jueves, 22 de febrero de 2007

Primera opinión

Abriré una botella de Whisky y beberé un largo sorbo que encienda mis tripas. Sólo con el aliento y los ojos llenos de llamas, es digno escribir algo. Hay muchas cosas por las que he pasado, pero ninguna de ellas significa nada para mí, si no ha sido vista a través del filtro sumergido del alcohol. Cada una de mis experiencias importantes, cobran sentido luego de ser reflexionadas, en alguna juerga de botellas rotas y litros de licor. Así funciona el mundo. Así funciona el mío. Devuélveme mi noche rota, mi sala de espejos, mi vida secreta, dame crack y sexo anal. La sangre que ahora ha comenzado a fluir se revienta contra mi cráneo, la marea roja me trae la imagen de su cuerpo vencido. Un cuerpo fresco, limpio y con olor a cerveza rubia y helada... Un salud! y el sortilegio tramado por Baco comienza a surtir efecto. Si las cosas van bien, es cuestión de tiempo para que los cuerpos abran sus accesos y permitan la lubricación de la sensualidad y del abandono... Te tomo del cabello y sobre la puerta de la habitación, grabo en tu espalda nuestra tregua provisional. Enciendo un cigarrillo y sirvo otro trago de whisky. Los bultos en las venas delatan una creciente hipertensión, prefiero tener la sangre acelerada a tenerla estancada y muerta. ¿Sabes de qué color es la sangre a la luz de la luna ? . Negra.
Y negro es el vino y la uva y la sangre roja, y rojo el ardor y los ríos que fluyen bajo tu falda, pero no es rojo el fuego de la playa, ni rojas las hojas encendidas cuando el sol muere, ni los vellos de tu pubis embriagadora. No. Son del color del whisky, del estupendo y lúcido y strongest whisky... "Ya es cosa sabida que si se escribe un mensaje con zumo de limón en una hoja de papel, no queda rastro de la escritura; pero si se expone el papel al fuego, las letras se vuelven de un color castaño y se puede leer lo escrito. Imaginad que el whisky es el fuego y que el mensaje está oculto en el alma de un hombre; entonces se comprenderá el valor del licor de miss Amelia"

(Lleno el vaso hasta el borde y lo bebo de un sólo trago. Una violenta arcada quiero devolver el Whisky, pero la fuerza de mi garganta lo empuja de vuelta al agujero del estómago. No puedo sostenerme, ni escribir más...)